Quería decir tantas cosas y no sé por dónde empezar.
Hay mucha bronca en mi, y diría también en la sociedad ecuatoriana al momento de escribir estas líneas. Me pregunto cómo llegamos hasta aquí, en qué momento todo esto se transformó en un caos de donde nos cansamos de habitar. Lo peor es que el mundo se volvió caótico y quedan pocos lugares donde uno pueda ir a empezar de cero con la posibilidad de en poco tiempo levantarse de nuevo.
¡Qué mundo le estamos dejando a las nuevas generaciones!
Ecuador, lugar donde un trabajo es tan preciado como el oro, puesto que no abundan o simplemente te toca entrar en la dinámica de la precarización laboral. Claro está que te queda la opción de intentar emprender con algo, a sabiendas que hoy pululan los extorsionadores y robos a diario sin importar si estás ubicado en el Guasmo, Suburbio, Entrada de la 8, Samborondón o Plaza Lagos.
Sin embargo, en el país de las elecciones (Ecuador) cada cierto tiempo y como por obra de arte, salen cientos de miles de personas que nos dicen y hasta aseguran que tienen la fórmula para terminar con el flagelo de la corrupción, delincuencia y falta de servicios sociales y básicos. Decidimos creer porque nos aferramos a una esperanza, más a la vuelta de la esquina, terminamos peor de lo que empezamos, con la frustración de que todo parece indicar que nada va a cambiar.
Perdónenme por parecer un tanto amargado y hasta incluso decepcionado,,,hoy mi estado de ánimo anda por los suelos. No sé, tal vez mañana me siente a escribirles que el chuchaqui post traumatico de la cruda realidad actual no ha hecho del todo mella en mi.
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